viernes, 14 de enero de 2011

Lo mejor del amor es su final.

Puede que, realmente, lo más bonito del amor sea que no dura para siempre. Es muy simple, todos desearíamos que la relación no avanzara más allá de los primeros meses, cuando hay magia, cuando nos vamos descubriendo poco a poco, cuando mariposas invaden nuestro interior, cuando nos ponemos nerviosos sólo al pensar que en breve veremos a esa persona. Éso es lo bonito. Pero termina, antes o después, termina. Viene la rutina, se incrusta en nuestra relación y nada vuelve a ser igual. Por esta razón, lo mejor del amor es su final. Sólo así podremos descubrir a una nueva persona que nos regale un par de billetes de avión con destino a las nubes.

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