viernes, 31 de diciembre de 2010

...En ocasiones erramos al confiar en una mirada.



Dicen que los ojos son el espejo del alma.
Que simplemente con la mirada de una persona sabremos si ésta dice o no la verdad.
Pero en ocasiones erramos al confiar en una mirada.
¿Y si la persona está engañándose a sí misma, a su alma?
No veremos el engaño y puede que ni siquiera esa persona lo haga.
Hasta que en el momento menos indicado desaparecerá esa pequeña gran máscara, dejando al descubierto los verdaderos sentimientos, aunque estos duelan hasta matar.


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